El trabajo social sanitario está constituido por todas las actividades individuales, familiares y comunitarias, que realiza el trabajador social, debidamente formado en la vertiente sanitaria. El objetivo de su tarea es mejorar el entorno social desfavorable que interfiere negativamente en un problema de salud, agraviándolo. Desde el trabajo social sanitario se trabaja para ayudar al paciente y a su familia a hacer un proceso de adaptación a la nueva situación después de una enfermedad.
Incluye también las actividades preventivas destinadas en la promoción de la salud poniendo las herramientas necesarias para que el entorno sociofamiliar no incida negativamente en el problema de salud planteado.
Las competencias del trabajo social sanitario tienen como centro de gravedad la atención a los aspectos psicosociales de la persona en el proceso de enfermedad. El ámbito de trabajo es siempre el equipo de salud.
El trabajo social sanitario garantiza la continuidad asistencial y por este motivo, la atención al paciente y a su familia se tiene que dar durante todo el proceso, tanto si está atendido en un centro sanitario como en su domicilio.