Detectar el riesgo de soledad no querida en preadoslecentes para prevenir problemas de bienestar emocional derivados de esta situación es el objetivo del proyecto Zona Mood, que impulsa el Institut Català de la Salut en Girona a través del Equipo de Atención Primaria Taialà, junto con la Fundació Sanitària Mollet y los equipos de atención primaria de la Fundació Hospital d'Olot i Comarcal de la Garrotxa y de la Corporació de Salut del Maresme i la Selva. La actuación se ha desarrollado durante los últimos meses con alumnos de quinto y sexto de educación primaria de cuatro escuelas, los cuales han participado en sesiones grupales para detectar estos sentimientos de soledad. Para percibir el riesgo se utiliza la escala de valoración SESFaR, diseñada por los mismos profesionales que impulsan Zona Mood y avalada por un grupo multidisciplinario de expertos de los ámbitos sanitario, social y educativo. Esta escala tiene en cuenta aspectos del ámbito sanitario y de bienestar emocional, relacional, familiares, educativos y sociales. A partir de esta detección se puede hacer una intervención precoz para favorecer el bienestar emocional de los niños y sus familias. El buen recibimiento del proyecto hace que sus impulsores planteen poderlo extender a más territorios.
El proyecto surgió como un trabajo final del Máster en Gestión Integral de Servicios en Atención Primaria, Sociales y Hospitalarios (GESAPH) y se fundamenta en la integración de los sistemas sanitario, social y educativo para dar respuesta a la soledad no querida en preadoslecentes desde la detección hasta la definición de medidas adecuadas. La capacidad del proyecto quedó reflejada en la prueba piloto completada el 2023 y que detectó un 5,6% de alumnos con riesgo leve y un 1,4% con riesgo moderado desprendido de una primera valoración. Participaron 68 alumnos de las escuelas El Far de Calella y Agustí Gifre de Sant Gregori (Girona).
Este 2024 se ha avanzado en la implementación del método de trabajo y las herramientas necesarias para llevar a cabo la intervención, y se ha ampliado la muestra de alumnas a cuatro centros educativos, puesto que al Far de Calella y el Agustí Gifre de Sant Gregori se han sumado la Escuela Taialà de Girona y Castanyer de Sant Joan les Fonts.
La primera fase de la intervención consiste a facilitar la escala SESFaR en los centros participantes para conocer el contexto inicial de los alumnos de quinto y de sexto. La elección de esta franja educativa se justifica por el hecho de ser una etapa en que ya se pueden detectar problemáticas vinculadas a la soledad no querida. De este modo, los impulsores de Zona Mood pueden anticiparse y evitar que este sentimiento aumente. En este contexto, a partir de los datos recogidos, una comisión evaluadora formada por profesionales de referencia de los alumnos de los ámbitos sanitario, social y educativo hace una primera detección de posibles casos y diseña actuaciones personalizadas que se acordarán con las familias y los mismos alumnos en riesgo.
La experiencia de la prueba piloto reflejó que, en la mayoría de casos, la Comisión Evaluadora sugirió hacer una derivación al pediatra del niño, en una decisión consensuada con la familia. Más puntualmente, también se propusieron derivaciones en el Programa de prescripción social y salud (PSS) para identificar actividades comunitarias destinadas a mejorar el bienestar emocional. Posteriormente, la segunda valoración extraída de la escala SESFaR permitió observar que un alumno había pasado de riesgo de moderado a leve en cuanto a la soledad no querida; dos pasaron de ‘riesgo leve’ a ‘sin riesgo’, y se detectaron dos casos nuevos con ‘riesgo leve’.
Esta Comisión Evaluadora se combina con tres sesiones grupales en las escuelas, que siguen una dinámica similar a la de un taller de actividades, en este caso dirigidas por el educador o educadora social del centro, la o el profesional de enfermería vinculado al centro educativo a través del programa ‘Salut i Escola’ o del servicio de pediatría y el/la referente de bienestar emocional y comunitaria (RBEC). Las sesiones también introducen la figura del local influencer, un alumno de cuarto de educación secundaria (ESO) o de bachillerato interesado en el proyecto y que ha desarrollado algún trabajo relacionado con la temática. Esta presencia favorece la cohesión y la pertenencia al grupo a partir de un vínculo generacional más próximo a los alumnos que participan.
En la última sesión grupal, de aproximadamente una hora de duración, los impulsores del proyecto vuelven a pasar la escala SESFaR para comparar la evolución de los niños a quienes ya se ha hecho alguna intervención, o bien detectar nuevos posibles casos.
Proyecto seleccionado por el Hub de Innovación Social y Sanitaria
La valoración positiva que ha recibido Zona Mood, tanto por su método de trabajo como por los resultados iniciales obtenidos, quedó reflejada el pasado diciembre, cuando lo Hub de Innovación Social y Sanitaria (HiSS) lo seleccionó entre más de 80 propuestas para recibir financiación para su desarrollo y posible proyección a más territorios.
Zona Mood seguirá el septiembre, una vez se retome el curso escolar, con el objetivo de avanzar en la hora de detectar la soledad no querida en preadoslecentes, con el beneficio que supone para prevenir problemas vinculados al bienestar emocional y la disminución consiguiente de la presión asistencial.