La Unidad del Dolor del Hospital Dr. Josep Trueta cumple 30 años

Foto de un profesional de la Unidad del Dolor

Está integrada en el Servicio de Anestesiología y Reanimación y la forman profesionales de múltiples disciplinas que realizan 800 técnicas cada año

La Unidad del Dolor del Hospital Universitario Dr. Josep Trueta de Girona cumple treinta años a lo largo de los cuales ha desarrollado una importante acción terapéutica en miles de pacientes afectados de dolor crónico. La Unidad está integrada en el Servicio de Anestesiología y Reanimación, y su objetivo es dar una asistencia multidisciplinaria a los pacientes con dolor agudo y dolor crónico grave, al que ofrece un diagnóstico, manejo y tratamiento individualizados, también en los casos de dolor derivado de tratamientos oncológicos. Los profesionales que la integran trabajan desde hace tres décadas para mejorar la calidad de vida de las personas con dolor (una afectación que cuando es crónica tiene repercusiones psicológicas), así como para facilitarles la recuperación del bienestar físico, social y emocional.

En el proceso de atención al paciente en la Unidad del Dolor del Trueta, intervienen varios especialistas (de anestesiología, neurocirugía, traumatología, neurología, cirugía radiología y enfermería) y el Grupo de Psicooncología del Instituto Catalán de Oncología, ya que la complejidad y la cronicidad de los síndromes que tratan hacen necesaria la unión de todas estas disciplinas.

En la Unidad del Dolor del Trueta se realizan cerca de 800 técnicas cada año, la mitad de las cuales son infiltraciones. El 65% de las intervenciones se efectúan a pacientes con dolores de tipo musculoesquelético o neuropático intenso, debido a problemas cervicales y lumbares. Alrededor de un 15% se dirigen a disminuir el dolor a los pacientes con enfermedades oncológicas y el resto son actuaciones en enfermos con dolores de diferentes orígenes. De las 447 infiltraciones llevadas a cabo el año pasado, 273 fueron epidurales, lumbares o caudales (55% de mujeres y 45% de hombres, con una media de edad de 58 años), y el resto fueron infiltraciones mayoritariamente guiadas por ecografía a otras zonas y extremidades.

También se llevaron a cabo más de 200 iontoforesis, principalmente en zonas superficiales (cervicales, manos, pies), técnica que consiste en la administración de medicación analgésica y antiinflamatoria a través de la piel, con unos electrodos polarizados eléctricamente.

Uno de los rasgos distintivos de la Unidad es la aplicación de técnicas de neuromodelatge, para las que se coloca al paciente una bomba intratecal que, de forma automática y programada por los especialistas, libera morfina en la médula para aliviar el dolor en pacientes con dolor crónico para los que han fallado previamente otras formas de tratamiento. De esta técnica y de otros sistemas de estimulación eléctrica medular, se llevan a cabo una decena cada año. En la Unidad también se hacen las recargas de estas bombas y los controles de los estimuladores medulares, que se vienen implantando desde los años 90. Durante los primeros 9 meses de este año se han hecho 67, el 80% de las cuales han sido en mujeres.

De las primeras en Cataluña

La Unidad del Dolor del Trueta nació en 1985 y fue una de las primeras unidades específicas de este ámbito en Cataluña. Se creó de la mano de Carmen Busquets, que actualmente está al frente de la misma unidad en el Hospital Clínico de Barcelona, ​​y de Luisa Privat hasta hace pocos meses directora de Enfermería del Hospital Dr. Josep Trueta. Las unidades del dolor se empezaron a impulsar en los años sesenta en los Estados Unidos de América, ante la necesidad de paliar las secuelas crónicas de muchos soldados heridos durante la Segunda Guerra Mundial. A principios de la década de los ochenta se empezaron a implantar los primeros hospitales europeos y hoy en día son un apoyo vital al tratamiento de una población cada vez más envejecida, con patologías asociadas y con dolores crónicos que no responden a los tratamientos convencionales. Los síntomas múltiples asociados al dolor crónico intenso lo convierten muy a menudo en una enfermedad en sí mismo, con repercusiones psicosociales muy importantes que representan graves afectaciones en la vertiente personal y social de los afectados.

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Una infiltración en la Unidad del Dolor del Trueta
La Unidad realiza cerca de 800 técnicas cada año

HOSPITAL
Miércoles, 16 Diciembre 2015